Procuramos que nuestro representado entienda y comprenda las fases de cada proceso y los términos de cada resolución. Delimitar claramente los riesgos y los posibles beneficios que cada acción conlleva.
Está claro que el objetivo de un procurador debe perseguir que se cumplan los intereses de sus clientes, pero es necesario enmarcarlos dentro de unas regulaciones y plazos que el sistema legal impone.